enero 29, 2008

A veces...

A veces quiero un poco
Y a veces más,
En veces te tengo
Y a veces te vas,
Mil veces parece
Y mil veces más no será,
Todas las veces a veces
Y ningunas veces quizás;
Vivo, siento y quiero algunas veces
De un momento por veces
Y otras veces por más
Que a veces eres tú
Lo que siempre me hace amarte más...


enero 18, 2008

Siempre he creído en el destino, pero nunca había sentido que nada me había sucedido por fuerza de este hasta que lo conocí; enseguida sentí que tenia ese no se que, que me llamaba la atención, se podría decir que sus palabras me hipnotizaban, halábamos horas muertas de cualquier cosa... muchas veces nos sorprendía el sol con sus amaneceres...

Se que le tomo cariño con facilidad a las personas, pero sabia que él era especial... nunca le dije (o le he dicho) directamente como me sentía con respecto a él, siempre he querido, aveces intentaba insinuarlo, pero nunca he sido lo suficientemente valiente para decir dos simples palabras...


...ME GUSTAS...
(ya esta... lo escribí al fin!!!)
Me di cuenta de que mi poco valor me ha evitado decirlo muchas veces, quizás por miedo a que diría (o peor a lo que pensaría y no diría), hoy me he detenido a pensar como seria si un día aparezco y le digo que me gusta, que me muero por darle un beso....
Siempre he tenido la curiosidad de saber si alguna vez se ha detenido a pensar aunque fuese un instante en la posibilidad de un "nosotros" (como dice alguien que conozco).

Punto acomodador

¿Por que con el tiempo nos volvemos mas cobardes?, ¿por que cada momento que pasa nos es mas difícil decir lo que sentimos o hacer lo que realmente queremos?; como le decía a mi amigo Marco, estamos viviendo en una sociedad conformista, que no lucha, que piensa que no puede conseguir lo que quiere, pero igual sueña con conseguirlo, aunque no pelea por ello...

Es como algo que esta en el libro que estoy leyendo, que hablaba sobre una de las practicas de los hechiceros del sur de mexico:

"El acomodador: Siempre hay un acontecimiento en nuestras vidas que es el responsable del hecho de que hayamos dejado de progresar. El hechicero, en el proceso de crecimiento de sus poderes ocultos, primero tiene que liberarse de ese "punto acomodador", y para eso tiene que recordar su vida y descubrir donde esta".


... No quiero quedarme con mi punto acomodador, pero me bloqueo, me conformo, no lucho por encontrarlo y avanzar, solo me quedo sentada viendo como la vida me pasa por delante y yo aterrorizada no logro hacer nada...

... Voy a cambiar...
... Voy a encontrar mi punto acomodador...
... Voy a ser valiente...

... Valiente (ahora me estoy riendo de mi misma)... acabo de escribir voy a ser valiente... para eso tendría que enfrentarme a las cosas a las que les tengo miedo...

enero 17, 2008

parado a las siete


Hay en una de las paredes de mi cuarto un hermoso reloj antiguo que ya no funciona. Sus manecillas detenidas casi desde siempre, señalan imperturbables las misma hora: las siete en punto.Casi todo el tiempo, el reloj es solo un inútil adorno de una blanquecina pared.

Sin embargo hay dos momentos en el día, dos fugaces instantes en el viejo reloj parece resurgir de sus cenizas como un ave fénix. Cuando todos los relojes de la ciudad, en sus enloquecidos andares marcan las 7 y los cu-cu y los gong de las demás máquinas hacen sonar por 7 veces su repetido canto, el viejo reloj de mi habitación parece cobrar vida.

Dos veces al día, a la mañana y a la noche, el reloj se siente en absoluta armonía con el resto del universo. Si alguien mirara el reloj solamente en esos dos momentos, diría que funciona a la perfección…

Pero pasado ese instante, cuando los otros relojes han acallado su canto y las manecillas siguen sus monótonos caminos, mi viejo reloj pierde su paso y permanece fiel a aquella hora que alguna vez detuvo su andar.

Y yo amo ese reloj y cuanto más hablo de él, más lo amo, porque cada vez me siento más parecido a él. También yo estoy parado en un tiempo, también yo me siento clavado e inmóvil, también yo soy de alguna manera un adorno inútil en una pared vacía.

Pero tengo también fugaces momentos en que, misteriosamente, llega mi hora. Durante esos tiempos, yo me siento vivo. Todo está claro y el mundo se transforma en maravilloso. Yo puedo crear, soñar, volar, decir y sentir más cosas en esos instantes que en todos los otros momentos. Estas conjunciones armónicas se dan y se repiten una y otra vez, como una secuencia inexorable.

La primera vez que lo sentí, trate de aferrarme a ese instante creyendo que podría hacerlo durar para siempre. Pero no fue así. Como a mi amigo el reloj, también a mi se me escapa el tiempo de los otros.

… Pasados estos momentos, los otros relojes que anidan en otros hombres, continúan su giro y yo vuelvo a mi rutinaria muerte estática, a mi trabajo, a mis charlas de café, a mi aburrido andar que acostumbro a llamar vida.

Pero yo sé que la vida es otra cosa.

Yo sé que la vida, la vida de verdad es la suma de aquellos momentos que aunque fugaces, nos permiten percibir la sintonía con el universo. Casi todo el mundo, pobre, cree que vive. Solo hay momentos de plenitud y aquellos que no lo sepan e insistan en querer vivir siempre, quedaran condenados al mundo del gris y repetitivo andar de la cotidianidad.

...Por esto te amo, viejo reloj, porque somos la misma cosa, tú y yo...






"El relojparado a las siete"
Giovanni Papini